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Fernando Vergara/Associated Press |
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Gabriel García Márquez fue un protagonista ausente en la histórica firma
del acuerdo de paz que sellaron ayer el presidente colombiano Juan
Manuel Santos y Rodrigo Londoño, jefe de las Farc. Tanto Santos como
Londoño lo evocaron a él y a sus mariposas amarillas, que ahora podrán
volar en un país sin balas. |
El nobel colombiano, quien estuvo involucrado en gestiones de paz en más
de una ocasión, se habría alegrado de ver las banderas de su país con
una franja blanca ondeando por el cielo de su amada Cartagena de Indias.
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También, como muchos colombianos, habría agradecido las palabras de
Londoño, quien pidió perdón a las víctimas por toda la violencia causada
por la guerra. |
El lunes, como lo resaltó Santos, el himno de Colombia se sintió más
apropiado que nunca, pues ahora sí parece que “cesó la horrible noche”,
como dice al comienzo de su segunda estrofa. |
Después de 52 años de guerra, más de 220.000 muertos, cinco millones de
desplazados y 25.000 desaparecidos, Colombia respiró más tranquila, pues
ahora la paz no será un sueño del realismo mágico de Gabo. Desde hoy,
la construcción de paz es el desafío más real de Colombia. |
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